Travesía Provinca- San Ramón- Manzano
Después de 2 fallidos intentos se cumplió la premisa de la “Tercera es la vencida” extrañamos a los amigos que no pudieron ir, tratare de contarles lo mejor posible de nuestra grandiosa aventura El día lunes 9 de Enero, a las 18:30 horas nos encontramos con Juan Carlos, a los pies del nunca bien ponderado cerro Provincia, montaña que ha producido en algunos una especie de amor y odio, el cerro escuela de muchos, que descubrimos en él, el Montañismo recreativo, allí nos despertó el deseo el ansia, la obsesión para algunos, de echar mochila al hombro y salir a recorrer esos sinuosos, caprichosos, misteriosos y a veces peligrosos senderos. Días antes ya habíamos convenido el aporte que cada uno haría al viaje, como cocina, carpa y los utensilios de cocina, elementos indispensables en este caso, a esose debe agregar alimentos y agua, los cuales no serian menos, 5 litros del vital liquido y uno que otro mañoso juguito, (un litro de Cola cola, otro poco de jugo isotónico etc. Etc.) Una ves revisado el equipo y los víveres y encomendados al cielo iniciamos la marcha, lenta, moderada, un paso seguido hasta el mirador de las vacas, con una que otra detención, esto para tomar el peso a las mochilas y calentar los músculos, lo que nos esperaba dependería de ese precalentamiento, la tarde refrescaba lentamente, mientras paso a paso subíamos el bendito cerro, entre conversa y conversa, el tiempo pasaba lento y avanzábamos rápido y seguros, los pelamos a todos, (broma, nos acordamos de todos en buena honda), el animo era el mejor, las fuerzas poco a poco iban estabilizándose hasta que pasamos el umbral de la fatiga, una hora antes de llegar al Alto del Naranjo, el celular de Juan Carlos interrumpió la marcha, Mauricio llamaba para desearnos una buena jornada, (Gracias por tu cariñosa preocupación... Mauri je je je je ), luego de los encargos del amigo Fernández y de un gesto de alivio de Juan Carlos, continuamos la ascensión, Podríamos decir que la primera parte fue fácil, a las 22:00 horas llegamos al Valle del Suizo, pasando raudos por el Alto del naranjo, la idea inicial era acampar mas arriba, pero al llegar al Valle, el cansancio nos bajoneo un poco, tal vez si hubiéramos descansado una media hora habríamos subido mas el primer día, hasta un lugar en donde había una muy protectora pirca, vista en un viaje anterior por este relator, sin embargo, ya era de noche, el cansancio sin ser extremo, era notorio, y el lugar era adecuado para acampar y relativamente cerca de la primera cumbre que haríamos al día siguiente EL PROVINCIA. Esa noche después de levantar la carpa (hacer la carpa ...) Me toco cocinar, algo simple pero reconfortante como era una sopa crema de choclo, pan con mortadela de contrabando, té, una que otra fruta, agua fresca un sorbo de Coca cola y listo, ya estábamos recuperados listos para dormir, la diana sonaría a las 05:00 horas. La primera noche, nos costo dormir, la ansiedad de lo que nos esperaba mas adelante, era un pensamiento mutuo, entre dormitar, uno que otro ronquido, llego la hora de levantarse, aun estaba oscuro, la luna que nos acompaño al llegar al valle, ya no se veía, pero en el horizonte montañoso, ya se vislumbraba un tenue colorido azul, desayunamos, planeamos la estrategia del día, desarmamos la carpa, y nos aprestamos a continuar, el frió paso a un agradable frescor, limpiamos el lugar de campamento reorganizamos las mochilas, luego al hombro y partimos nuevamente, el cielo poco a poco iba aclarando, la conversa era variada, la familia, los amigos, la pareja, el Antuche, el Cenit, el agua, el San Ramón, la cumbre que nos esperaba esa mañana etc, etc. Como ven no nos aburrimos con frivolidades, todo de corte muy serio. El sendero al provincia como todos saben esta muy bien marcado, es fácil seguirlo, lo difícil es superarlo paso a paso, a ciertas cuestas empinadas que había que poner a todo “power” “ las 4 x 4” las rodillas llegaban a rechinar, el cucharón, perdón... el corazón latía a mil por hora, grande el corazón, era un indicio precoz de lo que nos esperaba en esa segunda jornada, para no sentir esa fatiga, ese dolor incipiente en las piernas conversábamos mucho, las partes difíciles de subir pero insalvables fueron antes del alto del naranjo, la cuesta corta delante del valle suizo, la cuesta seguida del portezuelo largo, antes del paso de piedra, otra empinada ladera antes del paso de piedra, luego la ultima subida que antecede a la falsa cumbre, que por cierto el hecho que tenga muchas rocas como escalones ayudan en cierto modo a la ascensión, El paso de piedra del Provincia lo pasamos sin drama, como dije antes la ultima cuesta que esta al llegar a la falsa cumbre fue lenta, pero segura, las rocas están muy bien ubicadas, como si Dios, las hubiera pensado para nosotros (gracias Dios). 09:50 horas, llegamos a la cima del la ante cumbre, allí a tiro de piedra estaba el primer objetivo la corona de piedra del Provincia, 10:00, Cumbre al fin, y un merecido descanso de media hora, fotos, relajarse y contemplar a lo lejos el San Ramón, se puede ver el sendero que serpentea entre las lomas, a ratos se pierde y emerge muy notorio por las laderas empinadas de los cerros subalternos del gran San Ramón, el siguiente objetivo o cumbre, era el cerro Tambor, una meseta desconocida por muchos también por estos montañistas, la cual nos daría una gran y peligrosa sorpresa. Luego de reponernos, con ración de marcha y agua, emprendimos la marcha nuevamente, delante de nosotros, una gran bajada, de un poco mas de 35° de inclinación, luego una subida de 40° aproximadamente, es aquí en donde la eterna pregunta aflora en nuestras mentes” ¿Qué diablos estoy haciendo aquí?, Podría estar en casa, a esa hora pensando en levantarse o teniendo una interesante y extenuante “conversación” con nuestra querida señora, o disfrutando de un nutritivo desayuno vacacional, porque esto lo estamos haciendo en vacaciones, siiiiiiiii, en Enero en Chile, unos vacacionan en la costa, mar, sol, arena, bikinis, otros en el campo, ríos, bosques, vacas, cabalgatas, bikinis... bueno ¿ porque no bikinis en el campo ha...? total el relato lo estoy haciendo yo... Pero nosotros este par de montañeros, como abbott y costello, el llanero solitario y toro, como Pinky y Cerebro, se nos ocurrió nada mas que pasar parte de las vacaciones en las montañas, genial, mas que genial loco, demente, no importa, allí estábamos, subiendo el cerro, acariciando la montaña, como lo haría un amante (¿...Le puse mucho...?) No importa total repito yo soy el que escribe, la conversa ahora era de minas, allá ustedes que clase de minas, también en algún momento de legalizar a los Patigatos, con algún gorrito, una polerita, o algún cortaviento, a propósito, en el paseo del Sábado 7, ¿lo recuerdan? Mi adorada mujer, vio lo roñoso del gorro del Juan, debido a esto y consultando a la directiva del Honorable Antuche con el patrocinio de mi señora, este servidor procedió a honrar a Juan Carlos Bustos Álvarez con el Gorro Oficial del Club Andino Antuche, ¡¡¡Grande Antuche!!!, que por cierto una ráfaga se lo llevo y estuvimos como media hora tratando de recuperarlo, por suerte el dichoso gorrito volvió a las manos del antes homenajeado Juan Carlos, así superado este impase, continuamos camino. Hasta ese momento, el San Ramón aun estaba a la vista, seguíamos confiando en las fotos del página de Handesbooks (¿así se escribe? En este momento no tengo Internet para revisar), todo estaba claro, hasta llegar como a las 12:00 horas al cerro Tambor, allí comenzó el drama, el paisaje cambia, el relato de Internet habla de una segunda y ultima bajada, luego agua y el San ramón, en el Tambor, tomamos aliento, agua y nos dimos animo, frente a nosotros y en bajada se hallaba una cresta de no mas de 70 centímetros de ancho, de unos 50 o mas metros de largo , donde el sendero parecía un acordeón de papel mache, a la izquierda precipicio, a la derecha precipicio, el viento variaba a cada minuto, de repente unas ráfagas nos hacia tambalear, los bastones eran nuestro único y confiable apoyo, y nuestros sentido de equilibrio debía ser absoluto, Caminamos lentamente, buscando un buen apoyo, de pronto teníamos un pie delante del otro, y nuestros bastones sustentaban con fuerza nuestro cuerpo, en un momento intente volverme y tratar de sacar una foto a Juan que venia detrás de mi, debo confesar que el miedo me lo impidió, nunca había rezado tantos padres nuestros ni ave Maria como en ese momento, me acorde de mis hijas, de mi señora Luzmira, y no se porque de la cuenta del teléfono que estaba por vencer, mira que Gil, bueno cuando pasamos esa angosta, estresante arista de puntiagudas rocas, me volví a Juan que sonreía nervioso, Dime la verdad ¿ tuviste miedo?, la pregunta estaba de mas, Juan volvió a sonreír y lo único que expreso fue que temía tirarse uno, ya que podría el impulso tambalearlo ja ja ja ja ... Fue un momento intenso, estresante doloroso, las piernas, pedían a gritos un descanso, el cuerpo estaba muy tenso, así que paramos unos 20 minutos, según el relato de Internet esa la segunda bajada, pero la realidad era otra ,subimos por ladera Este y luego avanzamos por ladera oeste para terminar en una tercera bajada, menos inclinada pero igual de trabajosa, equivocadamente, nosotros pensábamos en ver pronto por el lado Este, los azules, ya que según Internet, ya estábamos frente al San Ramón y Juan Carlos no quería subir, me esperaría mientras yo hacia la cumbre del Ramón, pero no era así, las fotos no están claras, al pasar la ultima loma, el sendero nos hace virar hacia el Este, perdiendo de vista el San Ramón, el cerro frente a nosotros es una de tres lomas antes del San Ramón, hacia nuestra izquierda no se veía ninguna laguna como decía el relato, solo una gran quebrada, que caía furiosa hacia el noreste, nuestro objetivo debía ser el San Ramón, no los Azules, allí perdimos una hora, tratando de ver cual era el camino, el cansancio nos puso de mal humor, buscamos señal para nuestro celular, pude comunicarme con Don Luis, pero no estaba en casa. Nos sentamos, para comer, pensar, y ver la estrategia a seguir, la desesperación, nos decía abortar y bajar por el San Ramón, pero algo no calzaba, Revisamos nuevamente el relato y las fotos, exploramos el sector, y después de casi una hora, nos planteamos un nuevo objetivo, El San Ramón, la Laguna los Azules seria secundario, según el relato debíamos encontrar agua en la segunda, bajada y no fue así, miramos hacia la ladera Este del cerro y vimos un sendero apenas notorio, allí estaba la respuesta, mochila al hombro bajamos al este, seguimos el sendero y de pronto encontramos una marca, una pirca con la paleta de piedra característica del Proyecto Protege, ya estábamos en camino nuevamente, mas adelante un estero que se precipitaba tímido hacia el Este, agua al fin, era una falencia que ya comenzábamos a sufrir, mas tranquilos, miramos una cuesta en dirección sur oeste, unas marcas lejanas iguales a la anterior, el San Ramón estaba a unas tres lomas mas adelante, ese momento fue difícil, personalmente, la ansiedad me bajoneo por unos momentos, no se si la altura o el nerviosismo, pero me sentí muy ansioso, angustia tal vez, quería seguir y cumplir con la meta propuesta, volver o bajar por el oeste seria muy frustrante, doloroso, ya habíamos pasado casi lo mas difícil, el sendero subía por esa ladera después del agua, lenta pero ya sabíamos que estábamos cerca, el paso era difícil, me faltaba potencia en las piernas Juan, se veía tan cansado como yo, pero su fuerza era superior, paciente y comprensivo con este relator, su apoyo fue importante, una gran compañero, y con mucho respeto un gran amigo. Tras superar esa ladera, el sendero vira hacia sur oeste, y sigue paralelo a una lomas de rocas redondeadas, en todo ese trayecto las pircas características con la paleta de piedra nos indican que vamos bien, de pronto allí estaba la cumbre Caprichosa, como una amante, haciendo difícil su conquista, un portezuelo, es la señal de que llegamos a nuestro objetivo, al mirar desde el filo de ese portezuelo hacia el Este, a unos 200 metros hacia abajo, se ven majestuosas, limpias las dos lagunas de los Azules, suspiramos de alegría, Juan insistía en no ir a la Cumbre, le pedí que me acompañara, ya que no tendría con quien celebrar ese momento, dejamos las mochilas en ese filo y subimos la cumbre siempre por el Este, a lo lejos escuchamos un grito, y vimos dos figuras que bajaban por el lado sur de la cima, decidimos ir a encontrarlos con la esperanza de que supieran como bajar hacia el Manzano, después de los saludos, fueron un poco indiferentes, acamparían en las lagunas, y bajarían al día siguiente, ellos habían subido por la quebrada de macul ese mismo día, Como vimos que no había mucho interés en conversar, los dejamos y seguimos a la cima por el lado sur, allí estaba el monolito, algo parecido a lo que fueron antenas, dos pircas para acampar y sobre todo la meseta tercera cumbre del Día y la mas difícil y estresante, desde allí pude contemplar Santiago, desde el otro ángulo, del que siempre miramos, desde arriba al valle, y no desde el valle a la Cima, cuando baje siempre podré alzar la la mirada y decir: “ Yo estuve allá arriba, justo en la cumbre”. Fotos, el abrazo de cumbre superada, y luego pensar ya en la segunda etapa de la Travesía como era bajar por el Manzano. Buscando el Manzano Una vez hecha la cumbre del San Ramón, volvimos al portezuelo, tomamos las mochilas y buscamos por donde bajar hacia las lagunas, la ladera era un acarreo de no mas de 200 metros, piedras medianas arena, tierra, el descenso era fácil. Aunque pronunciado 35° aprox. Mientras bajábamos pudimos ver a los dos montañeros de antes conversando con otro que acampaba cerca de la laguna sur ( las lagunas están en un cajón de norte a sur una mas grande que la otra, hacia el sur se veía una ladera que bajaba abruptamente, hacia el sur, este cajón estaba flanqueado por el cerro San Ramón por el Oeste y por un cordón rocoso por el Este) nosotros acampamos en la laguna norte, gracias aun dato de los montañistas que ya estaban allí, encontramos una pirca delante de una gran roca, allí armamos carpa y nos dispusimos a descansar, la comida Tallarines con atún, te pan con mortadela, y un postre que llevaba para esa ocasión, duraznos en conserva. Alimentados nos relajamos habíamos cumplido casi 12 horas caminando subir y bajar, las piernas estaban muy adoloridas, no obstante el animo y la moral muy alta. Después de comer, y viendo que nuestros amigos, no parecían tener idea como bajar, antes que anocheciera, subimos el filo Este, en donde conseguimos señal para el celular, pudimos hablar con don Luis, quien nos dio unas instrucciones, insistiendo en que debíamos ver del punto donde nos encontrábamos un cabrerio y unas ruinas de una instalación antigua de Ski abandonada, de eso, nunca vimos nada, pero pudimos apreciar que frente al filo donde estábamos, había otra pared rocosa, donde apreciamos que bajaba en dirección sur este y luego parecía caer al estero el Manzano, ya echo el reconocimiento del terreno volvimos a la carpa a dormir, esa noche el cansancio nos venció y dormimos mejor que la noche anterior, ni el viento en ráfagas nos impidió descansar nos levantamos a las 06:00 horas, hacia mucho frió, me acorde que no lleve el cortaviento, solo tenia el polar que salvo la situación, levaba una capa para agua y con eso me cubrí del viento gélido, Juan preparo el desayuno, y la pregunta fue: “ ¿que haremos hoy?” y al mas puro estilo de Pinky y Cerebro, Juan contesto tratar de bajar el cerro... Estábamos muy tranquilos, el descenso no se veía muy complicado, empinado, si, pero la ruta era clara. A las 07:00 comenzamos la marcha, primero subir la pared Este, que flanqueaba las lagunas, luego bajar y volver a subir la otra pared Este para continuar por el filo, antes de eso pasamos a saludar y preguntar a los otros montañistas a que hora partirían, no sabían, me dio la impresión de que no querían partir antes que nosotros, para poder seguirnos, no sabían por donde bajar tampoco, y como dice la canción “ al andar se hace camino” así continuamos, nos acordamos que desde es punto no registro de la bajada, asi que nos las fotos eran importantes, Seguimos el filo de esa rocosa pared, sin abandonarlo, a ratos las dudas nos hacia reconsiderar la ruta, pero mientras mas bajábamos, mas nos convencíamos que debíamos seguir el cordón que llevábamos, una hora mas tarde, miramos atrás y los amigos de antes ya nos alcanzaban, estábamos en lo cierto, ellos nos seguían. El filo comienzan frente a la pared Weste de la laguna, continua en dirección sur este, luego de dos horas vira hacia el este en una especie de “s” extendida, ara luego volver a virar en dirección sur, todo esto después de pasar algunos acarreos suaves y una ladera muy plagada de arbustos pequeños,, siempre en un ángulo de inclinación de entre 30 y 40 ° ratos, en eso el relato de Internet tiene razón, llego un momento en que éramos 4 personas bajando al unísono por el empinado filo, que en ciertos puntos eran muy amplio, como una ladera ancha y luego se angostaba, terminando en un brazo del estero el manzano, allí llegamos como alas 12:00 horas, agua fresca, un chapuzón en su rivera, animados y listos para la ultima etapa de la travesía, atrás muy arriba quedaron nuestros amigos algo mas equipados, como turistas, mas que montañeros. Después del refrescante baño, ajustamos las mochilas, y sacamos las zapatillas de agua, los zapatos irían colgando en resto del camino, tendríamos que cruzar el rió como 4 o 5 veces seguir un sendero interrumpido por el rió, muy marcado, a través de un bosque mediterráneo, la montaña quedo atrás, ahora el bosque nos recibía, ya faltaba poco, al momento que partíamos, nuestros amigos llegaban a estero, nos despedimos y comenzamos la marcha, camino desconocido, hasta el punto donde anteriormente habíamos subido con Magdalena Malba Rosario, desde allí ya estaba mas tranquilo, apenas llegamos a ese punto, le indique a Juan que nos quedaban como 1 hora y media de camino, lo complicado seria un sector en donde el rio corto el sendero y debíamos subir el cerro por el lado oeste, entre arbustos y ramas algo tupidas, cuando llegamos a ese lugar, Juan se veía enojado, lamentablemente, yo no conocía otra forma de pasar ese corte, y bueno, tubo que seguirme, aguantando rasguños y algunas resbaladas, hasta retomar el otro extremo del sendero. (disculpa los rasguños Juanito, no volverá a suceder, para otra ves buscaremos otro sendero menos violento), después de eso, la unica preocupación era si nos cobraria o no a la salida del camping, pero por suerte nada paso, pasamos piolita por la puerta, solo pensábamos en una empanada y una coca cola bien fria,n pa’ mala pata, los kioscos que staban alas salida del callejón estaban cerrados, pero por otro lado la micro aparecio comopor arte de magia. Alas 15:00 del miércoles 11 de enero del 2006, completamos 28 horas de caminata, mas los descansos correspondientes, en una distancia de mas o menos 25 kilómetros. Conclusión Antes de partir , buscamos información, Don Luis y Miguel, nos dieron algunas pistas, en Internet encontramos fotos y un relato no muy exacto, pero al final, hicimos camino al andar, nada es como lo ven los demas, a medida que caminábamos, explorábamos, hacíamos la estrategia de marcha. Tengo que reconocer que mi compañero Juan Carlos Bustos Álvarez, mas que un cómplice de y amigo de aventuras es un montañista con muco potencial, nos complementamos en todo, a ratos habían desacuerdos pero fueron razonados conversados y superados, fue una experiencia GRANDIOSA, espero poder repetirla con mas calma, e invitarlos a todos, ya que los extrañamos, a realizar esta Travesía. Amigos montañeros ojala con este relato les haya traspasado lo mejor de esta larga jornada, hay cosas que no se como contarlas, para eso deben vivirlas. Saludos a todos Ahora EL PLOMO JOSE EDUARDO FIGUEROA SÁNCHEZ (ANTUCHE) JUAN CARLOS BUSTOS ALVAREZ (PATIGATOS)
2 Comments:
Muy buen relato me gustaria poder hacer la tavesia algun dia
By Gonzalo, at 11:54 AM
Excelente relato, sería super bueno si puedes postear mayor información sobre la ruta (fotos).
By RELL, at 7:57 AM
Post a Comment
<< Home