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Thursday, July 27, 2006

Nivología

NIVOLOGIA

Evolución del manto nivoso
La estabilidad del manto nivoso varía porque este evoluciona.
Efectivamente, cuando la nieve empieza a depositarse en la superficie del suelo, e incluso antes, empieza a transformarse mediante un conjunto de fenómenos físicos relacionados con las condiciones meteorológicas.
Estas transformaciones no sólo se producen con temperaturas altas y la consiguiente fusión de la nieve, sino también por el viento, las temperaturas bajas, la insolación, etc. Las transformaciones consisten en la modificación del tamaño y la forma de los granos.
El resultado es un manto formado por capas estratificadas.
Dependiendo de las características de las sucesivas capas y de la evolución general del manto nivoso por los agentes meteorológicos, este puede acaecer más estable o inestable. En el caso de que el manto se presente inestable, podrán desencadenarse los aludes.
estratificación de la nieve

Los Aludes
Se entiende por alud el desprendimiento de una masa de nieve, de dimensiones y recorrido variables, a lo largo de una ladera.
Dependiendo del grado de cohesión y del estado físico de la nieve, el tipo de alud será diferente. Simplificando se reconocen tres tipos:
 Aludes de nieve reciente

Se producen durante o poco después de nevadas intensas.

Estos aludes pueden ser de nieve seca (nevadas con temperaturas netamente inferiores a los 0ºC) o de nieve húmeda (nevadas con temperaturas próximas a los 0º C).
El desencadenamiento de un alud de nieve reciente se produce debido a una pérdida de cohesión de la capa superficial por sobrecarga o por un aumento de la temperatura durante o poco después de la nevada.

Los aludes de nieve reciente seca son los temidos aludes de nieve polvo. Se producen durante las épocas más frías del invierno, son muy rápidos y a la vez muy destructivos.
Algunos ejemplos de aludes de nieve reciente







 Aludes de fusión

Son debidos a la fusión del manto nivoso cuando la temperatura del aire aumenta notablemente por encima de los 0ºC o en caso de lluvia.

Son los típicos aludes de primavera, quizás los más conocidos, pese a que a veces se pueden producir en pleno invierno durante periodos de calor.
La nieve es húmeda y pesada. La velocidad de deslizamiento es lenta, pero no por eso deja de ser peligroso. A veces, puede llegar a deslizarse todo el espesor del manto hasta el suelo, arrastrando barrro, rocas, árboles, arbustos, etc. Son los denominados aludes de fondo.



Algunos ejemplos de aludes de fusión







 Aludes de placa

Video MPG de un alud (1,86 MB)


Se producen por la existencia de discontinuidades en el seno del manto nivoso. El resultado es el deslizamiento de las capas superiores, que aparentemente pueden parecer estables, por encima de una capa de baja cohesión o de una superfície de rehielo.

Un caso particular son las placas de viento, capas duras y frágiles formadas por la acumulación de nieve transportada por el viento y depositada en las zonas situadas a sotavento. En general las cornisas son un indicador de la presencia de una placa ladera abajo (puede darse el caso de una placa no asociada a una cornisa), son de un blanco muy mate, tienen forma lenticular, chirrían cuando se pisan y el bastón de esquí y el piolet se clavan muy bien. Estos aludes se producen en laderas abiertas, sobretodo en zonas convexas, y frecuentemente por el paso de una persona.
 La fragilidad de las placas y la desunión con las capas inferiores hace que actúen como trampas para los excursionistas y esquiadores, el sobrepeso de los cuales, al pasar por encima, actúa como desencadenante del alud.
 Los aludes de placa son los que provocan más accidentes entre este colectivo: el 70 % de los accidentes por alud son debidos a placas de viento (datos de las temporadas 86-87 a 96-97). Este tipo de alud se puede producir en el transcurso de toda la temporada, siendo más peligroso en la épocas más frías del invierno.


Algunos ejemplos de este tipo de aludes







PLANIFICACION DEL ITINERARIO: ¡¡LA EXCURSION EMPIEZA EN CASA!!
El itinerario debe planificarse antes de salir de casa. Los principales aspectos a tener en cuenta son los siguientes:
 Consulta del Boletín de Peligro de Aludes: estado y distribución del manto nivoso, predicción del peligro de aludes y tendencia.
 Consulta de la predicción meteorológica: estado y evolución del tiempo.
 Trazad el itinerario sobre un mapa, teniendo en cuenta los posibles lugares peligrosos y adaptar el recorrido a la situación de peligro prevista, posibilidad de rutas alternativas, etc.
 Consultad las guías de itinerarios existentes sobre la zona. Consultad también a personas que conozcan la zona (guardas de refugio, etc).
 Adaptad la excursión al tamaño del grupo, nivel físico y técnico de los compañeros, material del que se dispone y su estado, etc.
Antes de partir no debemos olvidar, especialmente, el material básico de seguridad personal: ARVA o DVA (Detector de Víctimas de Aludes), PALA y BASTONES SONDA.
Se deberá informar del lugar donde se prevé realizar la excursión. En caso de accidente esto facilitará la búsqueda.
Al salir accionaremos el ARVA en emisión (previo control del funcionamiento), aunque nos dé la sensación que no existe peligro.
Material de seguridad

Una vez sobre el terreno
Durante el transcurso de nuestro itinerario habremos de ir observando los diferentes elementos que pueden favorecer el desencadenamiento de aludes (estado del manto nivoso, características del terreno, evolución del tiempo meteorológico). En todo momento hay que tener una opinión formada sobre las siguientes cuestiones:
 ¿El estado de la nieve es suficientemente estable o bien favorece la caída de aludes?
 ¿El sector que se está cruzando es una zona de aludes?
 El tiempo que está haciendo, ¿cómo afecta a la estabilidad de la nieve?

Observación del estado de la nieve
En caso de nevadas recientes hemos de tener en cuenta que:
 Con 30-40 cm de nieve reciente el peligro de aludes es localizado.
 Con 50-60 cm de nieve reciente el peligro de aludes es generalizado y se recomienda no circular por la alta montaña.
Aun así, factores como el viento, la temperatura del aire y la superficie de la nieve vieja pueden hacer que, con 10-20 cm de nieve reciente, una situación puede ser crítica. El espesor de nieve reciente se puede controlar periódicamente clavando el bastón de esquí hasta llegar a las capas más duras de nieve vieja.
En su caso, deben detectarse las capas inestables dentro del manto nivoso. Clavando el bastón notaremos la existencia de posibles capas inferiores más blandas que las superiores. Los sonidos sordos ("woums"), que en ocasiones oímos bajo nuestros pies, son síntomas claros de inestabilidad, al igual que las fisuras recientes en el manto. El aspecto regular y homogéneo de una sobreacumulación, el color blanco mate y los chirridos que ocasionan el piolet y los crampones indican la presencia de placas de viento.
La observación de caídas espontáneas de aludes durante la excursión, sean del tipo que sean, son un importante signo de alarma que no debemos pasar por alto.
En situaciones de calor se debe controlar el espesor de la capa superficial de nieve húmeda de baja resistencia. Cuanto más húmeda sea la nieve, más probables son los aludes de fusión. Con el test del bastón puede estimarse el espesor de la nieve húmeda.
Test del bastón

Observación de las características del terreno
La inclinación: La mayoría de aludes de producen en laderas comprendidas entre 30-45 grados de inclinación, por tanto, en algunas situaciones, es interesante saber en que rango de pendientes nos encontramos. Podemos medir la inclinación de una ladera de forma fácil y rápida mediante los bastones de esquí (ver figura al pie).
Orientación de la ladera: atención a las laderas orientadas a sotavento (generalmente indicadas por la presencia de cornisas), pues son las zonas en las que probablemente encontraremos las placas de viento. En caso de calor (sobretodo en primavera y a partir de mediodía) se deben evitar las vertientes orientadas al sur, pues son las laderas en las que con mayor probabilidad se producirán aludes de fusión.
El relieve: Atención a las palas regulares y a las zonas convexas. Un terreno muy ondulado evita la formación de grandes aludes.
La vegetación: Mientras que un bosque denso es una zona segura, en un bosque clareado pueden producirse aludes.
Observación de la inclinación

Observación del tiempo
El tiempo atmosférico puede modificar rápidamente la situación nivológica existente. Los elementos que deberemos controlar son:
 Precipitaciones: nieve, lluvia y su intensidad (sobrecarga, fusión).
 Viento: fuerza y dirección (formación de placas de viento).
 Temperatura: actual y evolución probable (fusión, inestabilización por gradiente térmico elevado).
 Visibilidad: debe haber la suficiente para escoger bien el itinerario.
 Niebla: humectación del manto nivoso.
El viento da claves para detectar la formación de placas de viento.




Trazado del itinerario
Circularemos siempre por zonas seguras:
 Por cordales y lomas, difícilmente caerá un alud de más arriba.
 Por zonas venteadas (situadas a barlovento), a pesar de que siempre habrá menos nieve.
 Por zonas de relieve ondulado antes que por zonas de amplias laderas abiertas y regulares.
 El bosque proporciona anclajes al manto. Es preferible un bosque denso a uno abierto o clareado.
Evitaremos las zonas potencialmente peligrosas:
 Las pendientes más fuertes de las laderas y las zonas convexas, donde la tensión en el seno del manto nivoso es mayor.
 Vertientes a sotavento, frecuentemente indicadas por la presencia de cornisas (posibles placas de viento).
Continuamente habremos de estar alerta ante el estado de la nieve, el terreno por el que circulamos, el tiempo meteorológico, el grupo y el horario.
Comparad la diferencia en el peligro de aludes entre los siguientes itinerarios:






En caso de señales de alarma
 Respetaremos la distancia de seguridad (al menos 10 m en el ascenso).
 En caso de subir o bajar lo haremos por la línea de máxima pendiente y, si es necesario, nos quitaremos los esquís.
 En el descenso evitaremos las caídas (¡pese a que no siempre lo consigamos!).
 Antes de atravesar una ladera sospechosa buscaremos una ruta alternativa. En caso de que no sea posible, lo haremos por la zona más alta posible de uno en uno, mientras el grupo espera en lugar seguro. Nos desabrocharemos las correas de los esquís, nos quitaremos las correas de los bastones y un tirante de la mochila. Nos taparemos la boca y la nariz con un pañuelo.
Ved el ejemplo de dos progresiones por una ladera:




En caso de ser atrapados por un alud
 Debe mantenerse la calma y huir por el lateral más próximo.
 En caso de no poder evitar el alud, intentaremos librarnos de los esquís y bastones manteniéndonos en la superficie mediante movimientos natatorios.
 Si el alud nos entierra adoptaremos la postura de una bola y cuando notemos que se para, con el brazo delante de la cara y las rodillas intentaremos formar una cámara de aire.

Búsqueda de la víctima
Inmediatamente los compañeros se pondrán a buscar la víctima lo más rápido posible. Accionarán su DVA en recepción y, mientras un miembro del grupo dirige la operación desde un lugar seguro y vigila que no caigan más aludes, el resto iniciará la búsqueda partiendo del punto de desaparición de la víctima, observando a la vez posibles indicios superficiales.
No podemos perder tiempo yendo a buscar ayuda mientras no hayamos rescatado la víctima.
Es muy importante practicar el rescate con DVA; cuando se produce un accidente no hay tiempo para la improvisación.
En el siguiente esquema podéis ver como se realiza la búsqueda de una víctima por parte de sus propios compañeros (sistema de búsqueda en cruz con DVA).
 Búsqueda con ARVA (PDF 96 KB)
Fotografía de un antiguo rescate

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