No siempre es la cumbre...
No siempre es la cumbre...
Cerro La Cruz
Todo montañista en sus inicios, su obsesión es la cumbre, único y absoluto trofeo, el disfrutar del paisaje es algo secundario, con el tiempo y medida que se van conquistando una cima tras otra, esa obsesión crece por mas altura, sin embargo hay excepciones, los actuales montanistas consagrados y de fama, son aquellos que han seguido buscando mas gloria en las alturas, y lo han logrado, para el común de nosotros, a veces ocurre lo contrario, subir un cerro es con animo de recorrer y disfrutar esa ascensión, ver el fantástico paisaje que se abre ante nosotros paso a paso, si hacemos cumbre mejor, aunque a veces nos debemos conformar con verla desde lejos y respirar la belleza natural que la montaña nos regala cada día, para volverlo a intentar en otra ocasión...
Tras el término de largos días de lluvia y tormentas, Jhon Monroy, Alejandro Olivares y este servidor, José Figueroa decidieron subir el clásico cerro de La Cruz, ubicado en la Reina. Se accede a el a través de Parque Municipal Mahuida, ubicado en la falda de este cerro, un lugar muy agradable, para un pic nic, para un descanso de fin de semana, un asadito cualquier actividad desestresante necesaria para nuestro espíritu.
Tras pasar la puerta principal, nos dirigimos aun estacionamiento al interior ubicado a unos doscientos metros del inicio del sendero principal, allí ya nos esperaba Alejandro, que había llegado hacia mas de media hora, minutos después llegaron otros montañeros, tres amigos también apasionados del andinismo, tras cruzar algunas palabras quedamos en vernos en la ascensión, el pronostico era de nubosidad parcial, 0° la mínima y 16° la máxima, aunque a esa hora la sensación térmica era mas baja. Una vez listos con mochila al hombro, partimos nuestros amigos aun seguían preparando su equipo.
Comenzamos a remontar el sendero que nos llevaría al camino principal que culebrea en dirección norte empinándose suavemente, pasamos un portón, luego el segundo, hasta llegar a la caseta de una antena que marca el inicio del ascenso fuerte del cerro, el animo era mas que bueno. Tome la delantera, luego Jhon seguido por Alejandro, la primera parte es subir por una senda angosta algo empinada entre un bosque mediterráneo, húmedo frondoso, a poco andar en la primera montura encontraron las primeras capas de nieve, el sendero estaba congelado, hasta el barro era duro, resbaladizo, al mirar hacia atrás, no se veían los tres amigos, solo se podía oír sus voces en alegre charla, nosotros no lo hacíamos nada de mal en el parloteo, aunque a medida que subíamos, la charla se hacia mas ocasional, descubrí que entre Jhon Alejandro y este relator, hay ritmos de marcha muy marcados, Jhon, es rápido, constante, Alejandro lento resistente, este relator, estaba entre los dos, a ratos lento, a ratos rápido, en la segunda montura del cerro la nieve ya era mas tupida, el ascenso se hacia lento, de vez en cuando uno que otro resbalón nos hacia ser más prudente, el sendero se empinaba cada vez mas, la idea principal era alcanzar luego el filo sobre la tercera montura, el sol brillaba, radiante, aun así el aire era frió. Antes de la tercera montura, nuestros tres amigos nos alcanzan, y pasan adelante, me adelanto a Jhon y Alejandro, y descanso en esta tercera montura para esperarlos y colocarme las polainas, después de esto, Jhon se entusiasma y nos pasa, un helicóptero aparece de repente y se acerca peligrosa e imprudente a nuestros amigos, fue algo preocupante, pude ver la compañía a la que pertenecía la aeronave, fueron momentos tensos para nuestros amigos, por suerte nada malo paso, pocos rato después ya estábamos en el filo, adelante Jhon alcanzando a los tres amigos, atrás Alejandro, subiendo lentamente con su paso caracteristo, una marcha robótica, constante pero segura, poco apoco nos fuimos separando sin perdernos de vista, al mirar a mi alrededor el paisaje era espectacular, el Cerro Provincia era una pirámide blanca, a lo lejos el Plomo un tremendo cono de helado blanco, si me sacaba los lentes, el brillo de la nieve me segaba, hacia donde mirara el paisaje era una ambrosía, extrañamente no pensaba en la cumbre, solo en subir lo que pudiera, par seguir admirando ese albo espectáculo, Santiago temprano se veía limpio, con el correr de día, es atmósfera fue cambiando. 11:30 de la mañana, aun estábamos muy lejos de nuestro posible objetivo, Alejando estaba a mas de cincuenta metros atrás, y Jhon un poco mas hacia arriba, ya caminando a la par con los tres amigos, media hora después, creyendo que los cuatro estaban muy lejos al doblar una empedrada los encuentro descansando, allí repusimos fuerzas, Alejandro venia muy atrás, 12:00 el trecho que faltaba era largo, la ruta normal por la canaleta se veía muy nevada, de difícil avance, así que todos seguimos por el filo, eso nos obligo a trepar una y otra ves las puntas de rocas, me sentía muy cansado, después de contarnos su encuentro con el helicóptero nuestros amigos continuaron su marcha, Jhon solidariamente, decidió esperar que Alejandro llegara a nuestro punto, este aparece pocos minutos después, no se detuvo, siguió con paso cansino, nosotros lo seguimos para mas tarde adelantarlo, lo que seguía seria muy cansador, en la primera Antena nuestros amigos descansan, cuando llego hasta ellos Jhon continua conmigo, Alejandro se veía lejano pero avista, comenzamos a escalar roca tras roca, buscando por donde subir, por donde bajar, ya se veía la penúltima ante cumbre, coronada por una antena y su caseta de control, ese trecho fue largo, y agotador, trate de seguir por la canaleta pero la nieve llegaba a la cintura, no podía seguir el camino de Jhon, así que improvise, al mirar hacia lo mas alto, vi otro trío de montañeros que también escalaban con dificultad, en es momento me di cuenta que la cumbre no seria el objetivo principal, fue pesado ascenso, a superar esa arista rocosa, se apreciaba la segunda antena, la cual seria nuestro objetivo principal, ya faltaban 20 minutos para las 2 de la tarde, nada se podía hacer, solo aprovechar ese blanco y fantástico escenario, ya en esa antena, decidimos descansar y terminar el ascenso, por mi parte me senté a remendar mis pantalones, en una caída, se dañaron, Alejandro a poco de a llegar, puso a calentar agua para un café, fotos y videos y el rito estuvo ausente, tras unos minutos llegaron nuestros amigos, con la idea seria de seguir, discutieron, y dos siguieron para luego volver, el paso de piedra los freno, los tres montañistas que había subido antes, uno era conocido, era unos de los dos andinistas que llegaron minutos después al refugio Federación en Febrero en la ascensión al Plomo ( parece que aun estaba enojado por lo del refugio, porque no fue muy amable, cosas de montaña), mientras conversábamos con los tres amigos que subieron con nosotros, otro montañero llego mas tarde acompañado de su mascota, un perrito muy aventurero, este hombre subió por la canaleta, cuyo sendero hecho por el seria nuestro camino de baja da y así evitar escalar las rocas que habíamos subido, pasadas las tres nos despedimos de los tres montañeros y comenzamos la bajada por la canaleta, lento, pausado y con mucho cuidado fuimos superando esa nevada y resbaladiza ladera, esa situación duro hasta la ultima montura, luego el sendero estaba barroso solo en ciertos sectores, para avanzada la tarde encontrar el mismo sendero que nos recibió congelado e inestable, algo mas seco y seguro, pasadas las seis de la tarde ya estábamos casi en la antena baja, en ese momento se podía apreciar otro fenómeno de la naturaleza, en el cielo había una nubosidad muy fina que parecía encenderse con el brillo del sol, era un atardecer anaranjado, arrebolado. Ese fue el último momento de quietud que disfrutamos antes de llegar al parque...
No hicimos cumbre, pero igual disfrutamos ese complicado ascenso, Alejandro quedo satisfecho y contento, Jhon algo frustrado, yo tranquilo conforme, para mí fue un día de contemplación, aunque a ratos muy agotador...
No siempre es la cumbre
José Figueroa Sánchez
Santiago 31/07/2006
Cerro La Cruz
Todo montañista en sus inicios, su obsesión es la cumbre, único y absoluto trofeo, el disfrutar del paisaje es algo secundario, con el tiempo y medida que se van conquistando una cima tras otra, esa obsesión crece por mas altura, sin embargo hay excepciones, los actuales montanistas consagrados y de fama, son aquellos que han seguido buscando mas gloria en las alturas, y lo han logrado, para el común de nosotros, a veces ocurre lo contrario, subir un cerro es con animo de recorrer y disfrutar esa ascensión, ver el fantástico paisaje que se abre ante nosotros paso a paso, si hacemos cumbre mejor, aunque a veces nos debemos conformar con verla desde lejos y respirar la belleza natural que la montaña nos regala cada día, para volverlo a intentar en otra ocasión...
Tras el término de largos días de lluvia y tormentas, Jhon Monroy, Alejandro Olivares y este servidor, José Figueroa decidieron subir el clásico cerro de La Cruz, ubicado en la Reina. Se accede a el a través de Parque Municipal Mahuida, ubicado en la falda de este cerro, un lugar muy agradable, para un pic nic, para un descanso de fin de semana, un asadito cualquier actividad desestresante necesaria para nuestro espíritu.
Tras pasar la puerta principal, nos dirigimos aun estacionamiento al interior ubicado a unos doscientos metros del inicio del sendero principal, allí ya nos esperaba Alejandro, que había llegado hacia mas de media hora, minutos después llegaron otros montañeros, tres amigos también apasionados del andinismo, tras cruzar algunas palabras quedamos en vernos en la ascensión, el pronostico era de nubosidad parcial, 0° la mínima y 16° la máxima, aunque a esa hora la sensación térmica era mas baja. Una vez listos con mochila al hombro, partimos nuestros amigos aun seguían preparando su equipo.
Comenzamos a remontar el sendero que nos llevaría al camino principal que culebrea en dirección norte empinándose suavemente, pasamos un portón, luego el segundo, hasta llegar a la caseta de una antena que marca el inicio del ascenso fuerte del cerro, el animo era mas que bueno. Tome la delantera, luego Jhon seguido por Alejandro, la primera parte es subir por una senda angosta algo empinada entre un bosque mediterráneo, húmedo frondoso, a poco andar en la primera montura encontraron las primeras capas de nieve, el sendero estaba congelado, hasta el barro era duro, resbaladizo, al mirar hacia atrás, no se veían los tres amigos, solo se podía oír sus voces en alegre charla, nosotros no lo hacíamos nada de mal en el parloteo, aunque a medida que subíamos, la charla se hacia mas ocasional, descubrí que entre Jhon Alejandro y este relator, hay ritmos de marcha muy marcados, Jhon, es rápido, constante, Alejandro lento resistente, este relator, estaba entre los dos, a ratos lento, a ratos rápido, en la segunda montura del cerro la nieve ya era mas tupida, el ascenso se hacia lento, de vez en cuando uno que otro resbalón nos hacia ser más prudente, el sendero se empinaba cada vez mas, la idea principal era alcanzar luego el filo sobre la tercera montura, el sol brillaba, radiante, aun así el aire era frió. Antes de la tercera montura, nuestros tres amigos nos alcanzan, y pasan adelante, me adelanto a Jhon y Alejandro, y descanso en esta tercera montura para esperarlos y colocarme las polainas, después de esto, Jhon se entusiasma y nos pasa, un helicóptero aparece de repente y se acerca peligrosa e imprudente a nuestros amigos, fue algo preocupante, pude ver la compañía a la que pertenecía la aeronave, fueron momentos tensos para nuestros amigos, por suerte nada malo paso, pocos rato después ya estábamos en el filo, adelante Jhon alcanzando a los tres amigos, atrás Alejandro, subiendo lentamente con su paso caracteristo, una marcha robótica, constante pero segura, poco apoco nos fuimos separando sin perdernos de vista, al mirar a mi alrededor el paisaje era espectacular, el Cerro Provincia era una pirámide blanca, a lo lejos el Plomo un tremendo cono de helado blanco, si me sacaba los lentes, el brillo de la nieve me segaba, hacia donde mirara el paisaje era una ambrosía, extrañamente no pensaba en la cumbre, solo en subir lo que pudiera, par seguir admirando ese albo espectáculo, Santiago temprano se veía limpio, con el correr de día, es atmósfera fue cambiando. 11:30 de la mañana, aun estábamos muy lejos de nuestro posible objetivo, Alejando estaba a mas de cincuenta metros atrás, y Jhon un poco mas hacia arriba, ya caminando a la par con los tres amigos, media hora después, creyendo que los cuatro estaban muy lejos al doblar una empedrada los encuentro descansando, allí repusimos fuerzas, Alejandro venia muy atrás, 12:00 el trecho que faltaba era largo, la ruta normal por la canaleta se veía muy nevada, de difícil avance, así que todos seguimos por el filo, eso nos obligo a trepar una y otra ves las puntas de rocas, me sentía muy cansado, después de contarnos su encuentro con el helicóptero nuestros amigos continuaron su marcha, Jhon solidariamente, decidió esperar que Alejandro llegara a nuestro punto, este aparece pocos minutos después, no se detuvo, siguió con paso cansino, nosotros lo seguimos para mas tarde adelantarlo, lo que seguía seria muy cansador, en la primera Antena nuestros amigos descansan, cuando llego hasta ellos Jhon continua conmigo, Alejandro se veía lejano pero avista, comenzamos a escalar roca tras roca, buscando por donde subir, por donde bajar, ya se veía la penúltima ante cumbre, coronada por una antena y su caseta de control, ese trecho fue largo, y agotador, trate de seguir por la canaleta pero la nieve llegaba a la cintura, no podía seguir el camino de Jhon, así que improvise, al mirar hacia lo mas alto, vi otro trío de montañeros que también escalaban con dificultad, en es momento me di cuenta que la cumbre no seria el objetivo principal, fue pesado ascenso, a superar esa arista rocosa, se apreciaba la segunda antena, la cual seria nuestro objetivo principal, ya faltaban 20 minutos para las 2 de la tarde, nada se podía hacer, solo aprovechar ese blanco y fantástico escenario, ya en esa antena, decidimos descansar y terminar el ascenso, por mi parte me senté a remendar mis pantalones, en una caída, se dañaron, Alejandro a poco de a llegar, puso a calentar agua para un café, fotos y videos y el rito estuvo ausente, tras unos minutos llegaron nuestros amigos, con la idea seria de seguir, discutieron, y dos siguieron para luego volver, el paso de piedra los freno, los tres montañistas que había subido antes, uno era conocido, era unos de los dos andinistas que llegaron minutos después al refugio Federación en Febrero en la ascensión al Plomo ( parece que aun estaba enojado por lo del refugio, porque no fue muy amable, cosas de montaña), mientras conversábamos con los tres amigos que subieron con nosotros, otro montañero llego mas tarde acompañado de su mascota, un perrito muy aventurero, este hombre subió por la canaleta, cuyo sendero hecho por el seria nuestro camino de baja da y así evitar escalar las rocas que habíamos subido, pasadas las tres nos despedimos de los tres montañeros y comenzamos la bajada por la canaleta, lento, pausado y con mucho cuidado fuimos superando esa nevada y resbaladiza ladera, esa situación duro hasta la ultima montura, luego el sendero estaba barroso solo en ciertos sectores, para avanzada la tarde encontrar el mismo sendero que nos recibió congelado e inestable, algo mas seco y seguro, pasadas las seis de la tarde ya estábamos casi en la antena baja, en ese momento se podía apreciar otro fenómeno de la naturaleza, en el cielo había una nubosidad muy fina que parecía encenderse con el brillo del sol, era un atardecer anaranjado, arrebolado. Ese fue el último momento de quietud que disfrutamos antes de llegar al parque...
No hicimos cumbre, pero igual disfrutamos ese complicado ascenso, Alejandro quedo satisfecho y contento, Jhon algo frustrado, yo tranquilo conforme, para mí fue un día de contemplación, aunque a ratos muy agotador...
No siempre es la cumbre
José Figueroa Sánchez
Santiago 31/07/2006
1 Comments:
No Malba, son antenas de tefefonia, eso es lo unico que contamina el paisaje...
La unica torre de alta tension esta en el inicio del sendero parte baja del cerro...
By Anonymous, at 4:51 PM
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