Relatos, fotos y ...

Wednesday, June 28, 2006

El Manchón- La Cumbre



Una hora y media mas tarde, 13:15 horas Jhon hace cumbre, busca desesperado la cruz que corrobora que esa es la cima del Manchón, nos la muestra y respiramos tranquilos, el acarreo que antecede a la corona del cerro es agotador, pero fácil de vencer, 13:25 horas Juan llega segundo, 13: 30 horas yo tercero, el santo rito del abrazo, la alegría de la conquista, corono un día mas de amistad, de cariño de amigos cuya pasión los junta para vivir la vida con intensidad.

Hacemos un video corto, fotos, comemos algo contundente (fruta, pan, barras energéticas etc, bueno para no haber almorzado, eso era un banquete) los choripanes programados para la bajada en villa Paulina, serían historia. Ya repuestos, comenzamos el descenso, Malba y Mauricio no se veían, pero al ir bajando a 10 minutos después Malba aparece entre unas rocas, al vernos sonríe, ya con mas esperanza, continua firme y dispuesta a vencer esa bendita cumbre, minutos después nos encontramos con Mauricio sentado en una roca, exhausto, Jhon y Juan se adelantan con la esperanza de poder volver el mismo día a Santiago, me tomo mi tiempo para bajar y disfrutar esa maravillosa sensación que da caminar pausadamente sobre la blanca y suave nieve, y disfrutar con ganas el fantástico paisaje que merodea, vuelvo a mirar hacia atrás, levanto la vista hacia el Manchón y veo la silueta de Malba de pie sobre la corona de la cumbre, la alegría me embarga y continuo bajando, Mauricio la seguirá minutos mas tarde.





Para Malba y Mauricio la caminata desde la Punta de los trasnochados hasta la cumbre fue extenuante, varias veces dudaron en seguir, tomaban un poco de aire y agua y continuaban, lentamente llegaron a la cumbre. Malba extenuada llegó a la cima, se echó por unos minutos y se asombró frente a tanto cerro lindo, simplemente para dejar a cualquiera boquiabierto. Luego se puso de pie para que Mauricio la viera y se animara a dar los últimos pasos, así fue, se juntaron en la cumbre, muy felices se tomaron fotos y comenzaron el largo descenso.

La bajada fue tan complicada como la subida, aunque mas rápida, la nieve blanda era arma de doble filo, mientras descendía trataba de ubicar las carpas, después de una hora las pude ver, pero de Jhon y Juan nada, ya casi en el tercer gendarme, los vi llegando a lo lejos junto al campamento, eran pasadas las tres de la tarde, después de varias rodadas y tropezones, llegué juntos a ellos, preparamos las mochilas se desarmaron las carpas, Jhon me dice que me adelante, ya que era mas lento y me dolía algo la rodilla, por teléfono Malba nos avisa que ya nos tiene a la vista, la sombra nos cubre, y comienzo el descenso, lento y cuidadoso, a ratos miro hacia arriba, esperando ver a Mauricio y Malba, pero ellos venían mas lento de lo esperado, Juan y Jhon les desarman la carpa, bajando con ella, dejando solo sus cosas personales, (saco de dormir, ropa, y artículos de equipo regular), adelanto rápido pero lentamente en el camino hacia el valle, me encuentro con una pareja, que acampaban en una saliente, ellos subirían al día siguiente, no sabían lo lejos que estaban, seguí bajando, ya era noche , seis de la tarde, saqué la frontal, el camino apenas se veía, el sendero se perdía a ratos, seis y media de la tarde llego a Villa Paulina; siete de la tarde, llegan Juan y Jhon, se perdieron por momentos al no encontrar la pasada del río, a lo lejos podíamos ver la frontal de Mauricio, la de Malba falló.

Malba y Mauricio bajaron lentamente, el cansancio se hacía notar en toda la musculatura, el campamento lo veían muy lejano. Malba trataba de motivar a Mauricio y hacer la bajada un poco más llevadera. Siendo 10 para las 6, Malba y Mauricio llegan al campamento, arreglan sus mochilas y a seguir bajando hasta Villa Paulina. Mauricio tomó el liderazgo y guió el camino. Con una sola linterna, harta nieve y la oscuridad de la noche, bajaron sanos y salvos hasta el jeep. Mauricio se convirtió en el héroe.

Al fin juntos, son las ocho de la noche.La hora de cierre del parque había pasado hace bastante rato, y existía alguna preocupación por tener que quedarse en el parque otra noche. Sin embargo, Malba había llamado al guardaparque para avisarle que nos atrasaríamos.Sin novedad a las ocho treinta cruzábamos el portón de Yerba Loca.

Una aventura tan emocionante como otras, pero en cada aventura aprendemos un poco más de nuestra pasión montañera.

"Vivir con intensidad como si fuera el ultimo día de tu vida"

Escrito por José Figueroa Sánchez
San Bernardo 26 de junio de 2006

Edición: Malba Barahona

EL DESCONOCIDO CERRO EL MANCHÓN 3


Siete de la mañana del Domingo 25, aun dormíamos, veinte minutos después Malba nos zamarrea la carpa , miramos hacia fuera, la vista era espectacular, y muy motivante, hacía menos frío del que pensábamos, solo Juan seguía con la idea de no seguir, pero ante la insistencia se unió a la empresa. Desayuno, ordenar sin desarmar la carpa, preparar las mochilas con comida, agua y algo de ropa por si hacia frío arriba (y harto frío hizo). Siendo las ocho y media partimos, Malba y Mauricio habían partido unos diez minutos antes; tomé la delantera por muy poco rato, al mirar hacia arriba, el filo era mas empinado que lo que habíamos recorrido el día anterior, a nuestra izquierda la quebrada por donde caía el agua del manantial. Y se veía a lo lejos el punto donde llegamos la primera vez, a nuestra derecha, otra quebrada muy pronunciada, hacia nuestras espaldas y hacia el norte ya se veían las cumbres del Pintor, algo del Leonera, el Plomo, nuestro sendero, nos llevaría al primer gendarme o ante cumbres de un total de nueve aproximadamente (¿por qué le llaman gendarme a esos montículos de roca?¿Por qué están vigilando el pasar de los caminantes?). Tomamos esa cumbre por el lado este, la nieve hacía lenta la ascensión, tras ese primer roquerio, descansamos unos minutos, Mauricio era el mas agotado, (¿el cigarro tal vez?, Vamos Mauricio tu puedes vencerlo), seguimos camino, adelante Jhon, lo sigo, Juan, Malba y al final Mauricio. La vista que nos acompaña en ese momento es formidable, para un creyente si las montañas son el escabel de Dios, entonces caminábamos sobre una alfombra divina. Para los no creyentes, el lugar es simplemente bello e invita a disfrutarlo.

El día se despejaba, aunque la temperatura ambiente era algo baja, el viento así la mantenía, Santiago se veía limpio, si pudiéramos verlo así siempre, seria fantástico. Once de la mañana, ya habíamos pasado el cuarto gendarme, manteniéndonos en los filos, y cada cierto rato bordeando las cumbres, Jhon nos llevaba mucha ventaja, Malba y Mauricio iban muy atrás, con Juan, mantuvimos el paso, y en el quinto gendarme, descansamos, comimos, nos hidratamos y continuamos, ante nosotros y en dirección nor-oeste, se hallaba la ante-cumbre llamada La Punta De los Trasnochados, puedo deducir que el nombre es porque al acampar en ese sector donde descansamos, el viento no debe dejar dormir... bueno es solo una deducción como cualquier otra, ese era el punto donde el día anterior debíamos acampar.

Jhon se ve de pie en esa cumbre, nos ve descansar y luego continua, Con Juan seguimos camino, Malba pocos metros mas atrás, Mauricio algo mas lejos, Malba nos grita que sigamos, que ella esperará a Mauricio ( que tierna... oh, el amor, el amor, el amor, como ven hasta romanticismo hay en nuestras salida). Seguimos subiendo, al llegar a la punta de los trasnochados vemos que Jhon viene de vuelta, (nunca pensé que vería a Jhon retroceder... ya no es Jhon cumbre Monroy, ahora es Jhon a secas). Vemos la hora y la cima del Manchón se ve lejos, consideramos un día mas, porque pensamos que nos tomaría desde ese punto dos horas mas de caminata, debíamos vencer 4 ante cumbres mas, por el filo, lateralmente y luego un acarreo que es como la falda de la Cumbre. Llamamos por el teléfono a Malba, para saber si de ser necesario podríamos agregar un día mas a la salida, Malba dice “No hay problema, sigan no mas”, luego de esa discusión que pudo haber terminada en abortar la ascensión, seguimos, la nieve era menos y algo mas consistente sin llegar a ser hielo, el viento era irregular, frío, a ratos, cero viento, el sol brillaba majestuoso.



Mientras tanto, Malba y Mauricio descansaban en la falda de la cumbre de los trasnochados, antes de recibir el llamado de José, ellos ya habían concluido que harían el esfuerzo por llegar a la cumbre aunque demoraran un poco más. Malba estaba un poco preocupada por Mauricio, él tenía un ritmo de caminata poco constante y se veía muy agotado. Sin embargo, Mauricio se sobrepuso al cansancio y fastidio y continuó la caminata hasta la cumbre sin mayores problemas. Él nos demostró que si uno quiere se puede!!!


La Cumbre

EL DESCONOCIDO CERRO EL MANCHÓN 2


Siendo las 09:50 horas, y después de haber pasado la guardia de CONAF, que nos apaleó con el doble del precio por persona, ya estábamos con mochila al hombro, respiramos hondo, y “apretujen rajen” que quiere decir “partieron” (igual que en el hipódromo).

Adelante este servidor, seguía Malba, Mauricio, Juan Carlos y Jhon, lo primero era cruzar el río, (falto la foto de ese momento, para otra vez será) luego seguir por la orilla de un alambrado que cierra un sector de reforestación, en un momento este sendero se angosta y hay que pasar casi colgado del alambrado ya que estamos entre el alambre y el rió que corre algo torrentoso a unos cinco o seis metros mas bajo de nuestra senda, superado esto y al salir del sector de alambrado, se toma un sendero que sube en diagonal hacia el camino principal, a unos 50 metros mas arriba, al llegar a la senda principal nos tomamos nuestro primer descanso breve, aligerar ropa, ajustar mochila, un poco de agua, (un cigarrito, dijo Mauricio) Y continuamos, a poco andar cruzamos la caída de agua de manantial, Mauricio se detuvo un rato, Jhon, Juan Carlos y este relator seguimos camino, tomando un incipiente sendero al costado poniente de la senda principal; desde ese momento comenzaría la ascensión, el cielo se veía amenazante, el día había amanecido nublado, el pronóstico decía que estaría nublado y posibles chubascos T° 4 la mínima 16 la máxima, la isoterma sería a los 2.500 m.s.n.m. por lo tanto tendríamos nevazón.

Seguimos buscando camino y senderos mientras subíamos, atrás venían Malba y Mauricio, a menos de dos horas de camino, ya sentíamos el viento helado, y el cielo se abría y cerraba, una que otra gota anunciaba mal tiempo, seguimos subiendo por el filo que iba casi paralelo a la caída de agua aunque de pronto este filo, vira hacia el norte alejándose de la quebrada, (esta quebrada es la subida oficial según el Andes Hanbook), cada vez más empinada, adelante Jhon, yo lo seguía, casi paralelo iba Juan y mas abajo Malba y Mauricio, ya llevábamos tres horas de camino, el viento era más intenso, la nieve caía en finísimas plumillas, el cielo se cerró completamente, al mirar las altas cumbres éstas tenían un manto de nubes grises, el valle se veía cubierto, nos reunimos para decidir, Jhon se había adelantado bastante, con silbato le avisamos que bajara, nos hallábamos a 2.550 m.s.n.m. según el GPS de Jhon ( tecnológico total, aunque al amigo se le olvido llevar mas pilas, esa seria la última lectura), el viento arreciaba, comenzó a nevar mas copiosamente, debíamos acampar, según nuestros cálculos estábamos a mas de dos horas del punto donde originalmente íbamos a acampar, siendo casi las cuatro de la tarde, acampamos, mi carpa no era apropiada para ese tipo de clima, así que me uní a la cordada de Jhon y Juan, el viento blanco nos rodeaba mientras con dificultad levantábamos las carpas, las cuales por los accidentes de terreno quedaron separadas por doce o quince metros y a diferente niveles.



A las cuatro y media de la tarde, ya estábamos dentro de nuestras carpas, afuera nevaba y el viento se enseñoreaba con el cerro, los copos de nieve pegaban sobre el toldo como si fueran gruesas gotas de lluvia, adentro charlábamos de todo un poco, Juan quería dormir, Jhon tenia hambre y yo quería que la nevazón terminara luego, entre uno y otro, las bromas iban y venían, Juan se sentía mal, mareado, algo apunado tal vez, pero de buen humor, ( solo quería dormir estaba pal gato). Jhon insistió tanto en la comida que para que no molestara mas, le dimos en el gusto, siempre se ha dicho que no se debe cocinar al interior de la carpa, pero ésta era una de las excepciones, Juan cooperó con un Rissoto de arroz (¿Hay rissoto de otra cosa?), Jhon la cocina y este relator con el gas, como ven éramos una cordada bien afiatada. Nunca había observado tan detenidamente, como hierve el agua o como se cocina el arroz, es como para meditar, porque antes del arroz, calentamos agua para el tecito, con pan y algo adentro, luego vino el arroz, después de casi 15 minutos ya estaba listo, afuera aun nevaba, el viento era moderado, adentro, el hambre era saciada con comida fresca, jugo pan y buena conversa, eso nos hizo olvidar la ansiedad, la frustración de no poder seguir subiendo y entrar en una larga etapa de espera, es raro vivir esos momentos encerrados, en un espacio de 2m cuadrados, aunque muchos conversamos, siempre hay tiempo para pensar el porque hacemos lo que hacemos, podríamos estar en casa viendo el fútbol, con nuestras familias, calientitos, tomando un café con leche, unos panqueques de manjar, o simplemente disfrutando de la lluvia que caía furiosa sobre Santiago, (pensándolo bien era poca la diferencia, pero ver llover bajo techo seguro es mejor que sentir nevar bajo un toldo de poliéster que el viento golpeaba impetuosamente), Si, es la eterna pregunta del montañista, Hedmund Percival Hillary, contesto. “ Subo la montaña, porque esta ahí”, ¿Y que contestaríamos nosotros?, personalmente “ Subo la montaña porque es el único lugar donde siento que estoy vivo, y en esa altura busco lo que una vez perdí y deseo recuperar... la FE”.

Mientras José y su coordada chachareaban o filosofaban acerca del porqué ir a la montaña, Mauricio y Malba, descansaban en la otra carpa, luego comieron unas ricas lentejas, hablaron por teléfono y acordaron que la levantada seria a las 7.

La noche nos encontró en vigilia, Juan Carlos trataba de dormir Jhon y yo, tratábamos de llenar ese vació de tiempo, conversando, sobre el futuro, sobre lo que nos gustaría hacer, una que otra broma nos hacía reír con ganas, mientras Juan se obsesionaba con dormir, a las nueve de la noche, Juan nos dio un ultimátum, “ si no me dejan dormir y relajarme voy a vomitar y no alcanzare a salir de la carpa” eso fue suficiente para que apagáramos la luz y tratáramos de dormir, miré por el cierre entreabierto de la carpa y el cielo se despejaba lentamente, el sueño me venció, y aunque dormitaba, descansé, antes de todo eso, habíamos decidido no seguir al día siguiente, porque pensábamos que habría mucha nieve, y el frío de la noche la congelaría. No se si Malba o Mauricio envió un mensaje de texto al teléfono de Jhon, diciendo que la levantada seria a las siete, nosotros nos reímos burlescos, pero a la mañana siguiente lo reconsideraríamos.

Part III

EL DESCONOCIDO CERRO EL MANCHÓN 1



EL DESCONOCIDO CERRO EL MANCHÓN

Aunque parezca extraño el Cerro El Manchón o del Manchón, no es muy conocido, de hecho al avisar la llegada sin novedad al Cuerpo de Socorro Andino, el funcionario me preguntó muy extrañado dónde quedaba este cerro, y en realidad es uno de los macizos cercanos a santiago poco visitados, los senderos que normalmente se forman por el transito de andinistas son escasos, o se entrecortan a poco andar, no obstante, no es difícil buscar o crear una senda para conquistarlo. Debo decir que la premisa que dice “La tercera es la vencida” pudo no haberse cumplido, pero para alegría todos los de la cordada, se cumplió como relatare a continuación.
Si usted es uno de los que ha seguido o sigue este Blog, sabrá de los intentos anteriores por vencer esta cumbre, la primera vez, Mauricio Malba y este servidor, habían pensado recorrer el gran sendero de Yerba Loca quizás hasta el Sector de los Hornitos, pero miramos hacia el oeste y vimos el Manchón o el camino al Manchón, esa vez subimos solo para “tantear el camino” solo llegamos hasta la mitad. La segunda vez fuimos con la idea firme de llegar a su cumbre, pero solo llegamos a una hora y media antes, el tiempo nos condiciono, si seguíamos bajaríamos de noche con los peligros que esto significa...

Y he aquí la premisa, la tercera vez...

El sábado 24 de Junio, a nuestro grupo original del Manchón, se sumaron Jhon Monroy y Juan Carlos Bustos, aunque la iniciativa de volverlo a intentar fue por la inquietud de Jhon y Juan Carlos de conocer este cerro tan “piolita”. Y así fue...
El itinerario era:
-Sábado: acampar en el ultimo gendarme antes de La Punta de Los Trasnochados.
-Domingo: Hacer cumbre en El Manchón antes de medio día.
-Domingo: Celebrar con choripanes en Villa Paulina.

Part II

Monday, June 05, 2006

Travesía Provinca- San Ramón- Manzano

Después de 2 fallidos intentos se cumplió la premisa de la “Tercera es la vencida” extrañamos a los amigos que no pudieron ir, tratare de contarles lo mejor posible de nuestra grandiosa aventura El día lunes 9 de Enero, a las 18:30 horas nos encontramos con Juan Carlos, a los pies del nunca bien ponderado cerro Provincia, montaña que ha producido en algunos una especie de amor y odio, el cerro escuela de muchos, que descubrimos en él, el Montañismo recreativo, allí nos despertó el deseo el ansia, la obsesión para algunos, de echar mochila al hombro y salir a recorrer esos sinuosos, caprichosos, misteriosos y a veces peligrosos senderos. Días antes ya habíamos convenido el aporte que cada uno haría al viaje, como cocina, carpa y los utensilios de cocina, elementos indispensables en este caso, a esose debe agregar alimentos y agua, los cuales no serian menos, 5 litros del vital liquido y uno que otro mañoso juguito, (un litro de Cola cola, otro poco de jugo isotónico etc. Etc.) Una ves revisado el equipo y los víveres y encomendados al cielo iniciamos la marcha, lenta, moderada, un paso seguido hasta el mirador de las vacas, con una que otra detención, esto para tomar el peso a las mochilas y calentar los músculos, lo que nos esperaba dependería de ese precalentamiento, la tarde refrescaba lentamente, mientras paso a paso subíamos el bendito cerro, entre conversa y conversa, el tiempo pasaba lento y avanzábamos rápido y seguros, los pelamos a todos, (broma, nos acordamos de todos en buena honda), el animo era el mejor, las fuerzas poco a poco iban estabilizándose hasta que pasamos el umbral de la fatiga, una hora antes de llegar al Alto del Naranjo, el celular de Juan Carlos interrumpió la marcha, Mauricio llamaba para desearnos una buena jornada, (Gracias por tu cariñosa preocupación... Mauri je je je je ), luego de los encargos del amigo Fernández y de un gesto de alivio de Juan Carlos, continuamos la ascensión, Podríamos decir que la primera parte fue fácil, a las 22:00 horas llegamos al Valle del Suizo, pasando raudos por el Alto del naranjo, la idea inicial era acampar mas arriba, pero al llegar al Valle, el cansancio nos bajoneo un poco, tal vez si hubiéramos descansado una media hora habríamos subido mas el primer día, hasta un lugar en donde había una muy protectora pirca, vista en un viaje anterior por este relator, sin embargo, ya era de noche, el cansancio sin ser extremo, era notorio, y el lugar era adecuado para acampar y relativamente cerca de la primera cumbre que haríamos al día siguiente EL PROVINCIA. Esa noche después de levantar la carpa (hacer la carpa ...) Me toco cocinar, algo simple pero reconfortante como era una sopa crema de choclo, pan con mortadela de contrabando, té, una que otra fruta, agua fresca un sorbo de Coca cola y listo, ya estábamos recuperados listos para dormir, la diana sonaría a las 05:00 horas. La primera noche, nos costo dormir, la ansiedad de lo que nos esperaba mas adelante, era un pensamiento mutuo, entre dormitar, uno que otro ronquido, llego la hora de levantarse, aun estaba oscuro, la luna que nos acompaño al llegar al valle, ya no se veía, pero en el horizonte montañoso, ya se vislumbraba un tenue colorido azul, desayunamos, planeamos la estrategia del día, desarmamos la carpa, y nos aprestamos a continuar, el frió paso a un agradable frescor, limpiamos el lugar de campamento reorganizamos las mochilas, luego al hombro y partimos nuevamente, el cielo poco a poco iba aclarando, la conversa era variada, la familia, los amigos, la pareja, el Antuche, el Cenit, el agua, el San Ramón, la cumbre que nos esperaba esa mañana etc, etc. Como ven no nos aburrimos con frivolidades, todo de corte muy serio. El sendero al provincia como todos saben esta muy bien marcado, es fácil seguirlo, lo difícil es superarlo paso a paso, a ciertas cuestas empinadas que había que poner a todo “power” “ las 4 x 4” las rodillas llegaban a rechinar, el cucharón, perdón... el corazón latía a mil por hora, grande el corazón, era un indicio precoz de lo que nos esperaba en esa segunda jornada, para no sentir esa fatiga, ese dolor incipiente en las piernas conversábamos mucho, las partes difíciles de subir pero insalvables fueron antes del alto del naranjo, la cuesta corta delante del valle suizo, la cuesta seguida del portezuelo largo, antes del paso de piedra, otra empinada ladera antes del paso de piedra, luego la ultima subida que antecede a la falsa cumbre, que por cierto el hecho que tenga muchas rocas como escalones ayudan en cierto modo a la ascensión, El paso de piedra del Provincia lo pasamos sin drama, como dije antes la ultima cuesta que esta al llegar a la falsa cumbre fue lenta, pero segura, las rocas están muy bien ubicadas, como si Dios, las hubiera pensado para nosotros (gracias Dios). 09:50 horas, llegamos a la cima del la ante cumbre, allí a tiro de piedra estaba el primer objetivo la corona de piedra del Provincia, 10:00, Cumbre al fin, y un merecido descanso de media hora, fotos, relajarse y contemplar a lo lejos el San Ramón, se puede ver el sendero que serpentea entre las lomas, a ratos se pierde y emerge muy notorio por las laderas empinadas de los cerros subalternos del gran San Ramón, el siguiente objetivo o cumbre, era el cerro Tambor, una meseta desconocida por muchos también por estos montañistas, la cual nos daría una gran y peligrosa sorpresa. Luego de reponernos, con ración de marcha y agua, emprendimos la marcha nuevamente, delante de nosotros, una gran bajada, de un poco mas de 35° de inclinación, luego una subida de 40° aproximadamente, es aquí en donde la eterna pregunta aflora en nuestras mentes” ¿Qué diablos estoy haciendo aquí?, Podría estar en casa, a esa hora pensando en levantarse o teniendo una interesante y extenuante “conversación” con nuestra querida señora, o disfrutando de un nutritivo desayuno vacacional, porque esto lo estamos haciendo en vacaciones, siiiiiiiii, en Enero en Chile, unos vacacionan en la costa, mar, sol, arena, bikinis, otros en el campo, ríos, bosques, vacas, cabalgatas, bikinis... bueno ¿ porque no bikinis en el campo ha...? total el relato lo estoy haciendo yo... Pero nosotros este par de montañeros, como abbott y costello, el llanero solitario y toro, como Pinky y Cerebro, se nos ocurrió nada mas que pasar parte de las vacaciones en las montañas, genial, mas que genial loco, demente, no importa, allí estábamos, subiendo el cerro, acariciando la montaña, como lo haría un amante (¿...Le puse mucho...?) No importa total repito yo soy el que escribe, la conversa ahora era de minas, allá ustedes que clase de minas, también en algún momento de legalizar a los Patigatos, con algún gorrito, una polerita, o algún cortaviento, a propósito, en el paseo del Sábado 7, ¿lo recuerdan? Mi adorada mujer, vio lo roñoso del gorro del Juan, debido a esto y consultando a la directiva del Honorable Antuche con el patrocinio de mi señora, este servidor procedió a honrar a Juan Carlos Bustos Álvarez con el Gorro Oficial del Club Andino Antuche, ¡¡¡Grande Antuche!!!, que por cierto una ráfaga se lo llevo y estuvimos como media hora tratando de recuperarlo, por suerte el dichoso gorrito volvió a las manos del antes homenajeado Juan Carlos, así superado este impase, continuamos camino. Hasta ese momento, el San Ramón aun estaba a la vista, seguíamos confiando en las fotos del página de Handesbooks (¿así se escribe? En este momento no tengo Internet para revisar), todo estaba claro, hasta llegar como a las 12:00 horas al cerro Tambor, allí comenzó el drama, el paisaje cambia, el relato de Internet habla de una segunda y ultima bajada, luego agua y el San ramón, en el Tambor, tomamos aliento, agua y nos dimos animo, frente a nosotros y en bajada se hallaba una cresta de no mas de 70 centímetros de ancho, de unos 50 o mas metros de largo , donde el sendero parecía un acordeón de papel mache, a la izquierda precipicio, a la derecha precipicio, el viento variaba a cada minuto, de repente unas ráfagas nos hacia tambalear, los bastones eran nuestro único y confiable apoyo, y nuestros sentido de equilibrio debía ser absoluto, Caminamos lentamente, buscando un buen apoyo, de pronto teníamos un pie delante del otro, y nuestros bastones sustentaban con fuerza nuestro cuerpo, en un momento intente volverme y tratar de sacar una foto a Juan que venia detrás de mi, debo confesar que el miedo me lo impidió, nunca había rezado tantos padres nuestros ni ave Maria como en ese momento, me acorde de mis hijas, de mi señora Luzmira, y no se porque de la cuenta del teléfono que estaba por vencer, mira que Gil, bueno cuando pasamos esa angosta, estresante arista de puntiagudas rocas, me volví a Juan que sonreía nervioso, Dime la verdad ¿ tuviste miedo?, la pregunta estaba de mas, Juan volvió a sonreír y lo único que expreso fue que temía tirarse uno, ya que podría el impulso tambalearlo ja ja ja ja ... Fue un momento intenso, estresante doloroso, las piernas, pedían a gritos un descanso, el cuerpo estaba muy tenso, así que paramos unos 20 minutos, según el relato de Internet esa la segunda bajada, pero la realidad era otra ,subimos por ladera Este y luego avanzamos por ladera oeste para terminar en una tercera bajada, menos inclinada pero igual de trabajosa, equivocadamente, nosotros pensábamos en ver pronto por el lado Este, los azules, ya que según Internet, ya estábamos frente al San Ramón y Juan Carlos no quería subir, me esperaría mientras yo hacia la cumbre del Ramón, pero no era así, las fotos no están claras, al pasar la ultima loma, el sendero nos hace virar hacia el Este, perdiendo de vista el San Ramón, el cerro frente a nosotros es una de tres lomas antes del San Ramón, hacia nuestra izquierda no se veía ninguna laguna como decía el relato, solo una gran quebrada, que caía furiosa hacia el noreste, nuestro objetivo debía ser el San Ramón, no los Azules, allí perdimos una hora, tratando de ver cual era el camino, el cansancio nos puso de mal humor, buscamos señal para nuestro celular, pude comunicarme con Don Luis, pero no estaba en casa. Nos sentamos, para comer, pensar, y ver la estrategia a seguir, la desesperación, nos decía abortar y bajar por el San Ramón, pero algo no calzaba, Revisamos nuevamente el relato y las fotos, exploramos el sector, y después de casi una hora, nos planteamos un nuevo objetivo, El San Ramón, la Laguna los Azules seria secundario, según el relato debíamos encontrar agua en la segunda, bajada y no fue así, miramos hacia la ladera Este del cerro y vimos un sendero apenas notorio, allí estaba la respuesta, mochila al hombro bajamos al este, seguimos el sendero y de pronto encontramos una marca, una pirca con la paleta de piedra característica del Proyecto Protege, ya estábamos en camino nuevamente, mas adelante un estero que se precipitaba tímido hacia el Este, agua al fin, era una falencia que ya comenzábamos a sufrir, mas tranquilos, miramos una cuesta en dirección sur oeste, unas marcas lejanas iguales a la anterior, el San Ramón estaba a unas tres lomas mas adelante, ese momento fue difícil, personalmente, la ansiedad me bajoneo por unos momentos, no se si la altura o el nerviosismo, pero me sentí muy ansioso, angustia tal vez, quería seguir y cumplir con la meta propuesta, volver o bajar por el oeste seria muy frustrante, doloroso, ya habíamos pasado casi lo mas difícil, el sendero subía por esa ladera después del agua, lenta pero ya sabíamos que estábamos cerca, el paso era difícil, me faltaba potencia en las piernas Juan, se veía tan cansado como yo, pero su fuerza era superior, paciente y comprensivo con este relator, su apoyo fue importante, una gran compañero, y con mucho respeto un gran amigo. Tras superar esa ladera, el sendero vira hacia sur oeste, y sigue paralelo a una lomas de rocas redondeadas, en todo ese trayecto las pircas características con la paleta de piedra nos indican que vamos bien, de pronto allí estaba la cumbre Caprichosa, como una amante, haciendo difícil su conquista, un portezuelo, es la señal de que llegamos a nuestro objetivo, al mirar desde el filo de ese portezuelo hacia el Este, a unos 200 metros hacia abajo, se ven majestuosas, limpias las dos lagunas de los Azules, suspiramos de alegría, Juan insistía en no ir a la Cumbre, le pedí que me acompañara, ya que no tendría con quien celebrar ese momento, dejamos las mochilas en ese filo y subimos la cumbre siempre por el Este, a lo lejos escuchamos un grito, y vimos dos figuras que bajaban por el lado sur de la cima, decidimos ir a encontrarlos con la esperanza de que supieran como bajar hacia el Manzano, después de los saludos, fueron un poco indiferentes, acamparían en las lagunas, y bajarían al día siguiente, ellos habían subido por la quebrada de macul ese mismo día, Como vimos que no había mucho interés en conversar, los dejamos y seguimos a la cima por el lado sur, allí estaba el monolito, algo parecido a lo que fueron antenas, dos pircas para acampar y sobre todo la meseta tercera cumbre del Día y la mas difícil y estresante, desde allí pude contemplar Santiago, desde el otro ángulo, del que siempre miramos, desde arriba al valle, y no desde el valle a la Cima, cuando baje siempre podré alzar la la mirada y decir: “ Yo estuve allá arriba, justo en la cumbre”. Fotos, el abrazo de cumbre superada, y luego pensar ya en la segunda etapa de la Travesía como era bajar por el Manzano. Buscando el Manzano Una vez hecha la cumbre del San Ramón, volvimos al portezuelo, tomamos las mochilas y buscamos por donde bajar hacia las lagunas, la ladera era un acarreo de no mas de 200 metros, piedras medianas arena, tierra, el descenso era fácil. Aunque pronunciado 35° aprox. Mientras bajábamos pudimos ver a los dos montañeros de antes conversando con otro que acampaba cerca de la laguna sur ( las lagunas están en un cajón de norte a sur una mas grande que la otra, hacia el sur se veía una ladera que bajaba abruptamente, hacia el sur, este cajón estaba flanqueado por el cerro San Ramón por el Oeste y por un cordón rocoso por el Este) nosotros acampamos en la laguna norte, gracias aun dato de los montañistas que ya estaban allí, encontramos una pirca delante de una gran roca, allí armamos carpa y nos dispusimos a descansar, la comida Tallarines con atún, te pan con mortadela, y un postre que llevaba para esa ocasión, duraznos en conserva. Alimentados nos relajamos habíamos cumplido casi 12 horas caminando subir y bajar, las piernas estaban muy adoloridas, no obstante el animo y la moral muy alta. Después de comer, y viendo que nuestros amigos, no parecían tener idea como bajar, antes que anocheciera, subimos el filo Este, en donde conseguimos señal para el celular, pudimos hablar con don Luis, quien nos dio unas instrucciones, insistiendo en que debíamos ver del punto donde nos encontrábamos un cabrerio y unas ruinas de una instalación antigua de Ski abandonada, de eso, nunca vimos nada, pero pudimos apreciar que frente al filo donde estábamos, había otra pared rocosa, donde apreciamos que bajaba en dirección sur este y luego parecía caer al estero el Manzano, ya echo el reconocimiento del terreno volvimos a la carpa a dormir, esa noche el cansancio nos venció y dormimos mejor que la noche anterior, ni el viento en ráfagas nos impidió descansar nos levantamos a las 06:00 horas, hacia mucho frió, me acorde que no lleve el cortaviento, solo tenia el polar que salvo la situación, levaba una capa para agua y con eso me cubrí del viento gélido, Juan preparo el desayuno, y la pregunta fue: “ ¿que haremos hoy?” y al mas puro estilo de Pinky y Cerebro, Juan contesto tratar de bajar el cerro... Estábamos muy tranquilos, el descenso no se veía muy complicado, empinado, si, pero la ruta era clara. A las 07:00 comenzamos la marcha, primero subir la pared Este, que flanqueaba las lagunas, luego bajar y volver a subir la otra pared Este para continuar por el filo, antes de eso pasamos a saludar y preguntar a los otros montañistas a que hora partirían, no sabían, me dio la impresión de que no querían partir antes que nosotros, para poder seguirnos, no sabían por donde bajar tampoco, y como dice la canción “ al andar se hace camino” así continuamos, nos acordamos que desde es punto no registro de la bajada, asi que nos las fotos eran importantes, Seguimos el filo de esa rocosa pared, sin abandonarlo, a ratos las dudas nos hacia reconsiderar la ruta, pero mientras mas bajábamos, mas nos convencíamos que debíamos seguir el cordón que llevábamos, una hora mas tarde, miramos atrás y los amigos de antes ya nos alcanzaban, estábamos en lo cierto, ellos nos seguían. El filo comienzan frente a la pared Weste de la laguna, continua en dirección sur este, luego de dos horas vira hacia el este en una especie de “s” extendida, ara luego volver a virar en dirección sur, todo esto después de pasar algunos acarreos suaves y una ladera muy plagada de arbustos pequeños,, siempre en un ángulo de inclinación de entre 30 y 40 ° ratos, en eso el relato de Internet tiene razón, llego un momento en que éramos 4 personas bajando al unísono por el empinado filo, que en ciertos puntos eran muy amplio, como una ladera ancha y luego se angostaba, terminando en un brazo del estero el manzano, allí llegamos como alas 12:00 horas, agua fresca, un chapuzón en su rivera, animados y listos para la ultima etapa de la travesía, atrás muy arriba quedaron nuestros amigos algo mas equipados, como turistas, mas que montañeros. Después del refrescante baño, ajustamos las mochilas, y sacamos las zapatillas de agua, los zapatos irían colgando en resto del camino, tendríamos que cruzar el rió como 4 o 5 veces seguir un sendero interrumpido por el rió, muy marcado, a través de un bosque mediterráneo, la montaña quedo atrás, ahora el bosque nos recibía, ya faltaba poco, al momento que partíamos, nuestros amigos llegaban a estero, nos despedimos y comenzamos la marcha, camino desconocido, hasta el punto donde anteriormente habíamos subido con Magdalena Malba Rosario, desde allí ya estaba mas tranquilo, apenas llegamos a ese punto, le indique a Juan que nos quedaban como 1 hora y media de camino, lo complicado seria un sector en donde el rio corto el sendero y debíamos subir el cerro por el lado oeste, entre arbustos y ramas algo tupidas, cuando llegamos a ese lugar, Juan se veía enojado, lamentablemente, yo no conocía otra forma de pasar ese corte, y bueno, tubo que seguirme, aguantando rasguños y algunas resbaladas, hasta retomar el otro extremo del sendero. (disculpa los rasguños Juanito, no volverá a suceder, para otra ves buscaremos otro sendero menos violento), después de eso, la unica preocupación era si nos cobraria o no a la salida del camping, pero por suerte nada paso, pasamos piolita por la puerta, solo pensábamos en una empanada y una coca cola bien fria,n pa’ mala pata, los kioscos que staban alas salida del callejón estaban cerrados, pero por otro lado la micro aparecio comopor arte de magia. Alas 15:00 del miércoles 11 de enero del 2006, completamos 28 horas de caminata, mas los descansos correspondientes, en una distancia de mas o menos 25 kilómetros. Conclusión Antes de partir , buscamos información, Don Luis y Miguel, nos dieron algunas pistas, en Internet encontramos fotos y un relato no muy exacto, pero al final, hicimos camino al andar, nada es como lo ven los demas, a medida que caminábamos, explorábamos, hacíamos la estrategia de marcha. Tengo que reconocer que mi compañero Juan Carlos Bustos Álvarez, mas que un cómplice de y amigo de aventuras es un montañista con muco potencial, nos complementamos en todo, a ratos habían desacuerdos pero fueron razonados conversados y superados, fue una experiencia GRANDIOSA, espero poder repetirla con mas calma, e invitarlos a todos, ya que los extrañamos, a realizar esta Travesía. Amigos montañeros ojala con este relato les haya traspasado lo mejor de esta larga jornada, hay cosas que no se como contarlas, para eso deben vivirlas. Saludos a todos Ahora EL PLOMO JOSE EDUARDO FIGUEROA SÁNCHEZ (ANTUCHE) JUAN CARLOS BUSTOS ALVAREZ (PATIGATOS)

Thursday, June 01, 2006

El Plomo Part II


ATAQUE A LA CUMBRE...

Son las 01:00 horas del Sábado 4 de febrero, el cielo esta estrellado, la sensación térmica es muy baja, calculo menos de 0° revisamos equipo, agua, comida, vestuario, Alejandro se ve muy poco protegido, Jhon regular, Malba falta solo el cortaviento para completar su indumentaria, antes de salir, tomamos mate de coca, unos pancitos con queso y otros vituperios, desayuno liviano, ya que no queriamos sufrir el mal de altura y tener que volver por uno que enfermara, aun así si algo le pasaba a alguien, nuestro deber moral seria volver, he intentarlo en otra oportunidad, de nuestros amigos de las mochilas nada, al parecer se habían quedado dormidos y no quisimos insistir. Se podría decir que había nerviosismo, era lógico, enfrentaríamos, aparte de la altura, el frío, el viento y la Puna, y un gran esfuerzo para subir hasta los 5.500 m.s.n.m, pero albergábamos en nuestro interior, que la ascensión fuera un éxito cien por ciento.
A las 02:15 Horas emprendimos el ascenso, el silencio era interrumpido por el rumor del viento, gélido e impetuoso, comenzamos a subir el sendero que nos llevaría al sector llamado la HOYA,(4.200 m.s.n.m) lugar famoso por ser muy “Punero”, el paso era lento, coordinado, en la cabecera caminaba Alejandro, que poco a poco iba sufriendo el frío en ascenso, después este servidor, como tercero Malba y en la retaguardia Jhon, a medida que avanzábamos, el viento aumentaba en intensidad, igual el frio, las ráfagas desestabilizaban el paso, pero seguíamos en un grupo compacto, tras caminar aproximadamente 1 hora y media o poco mas, Alejandro nos indicaba que estabamos en la Hoya, extrañamente todos esperábamos pasar luego ese punto, atemorizados quizás por lo “ punero” que era el lugar. Seguimos ascendiendo, el sendero era claro, despejado y por un corto lapso de tiempo casi plano, nuestro siguiente objetivo era el Refugio Agostini, a 4.600 m.s.n.m. ansiaba llegar a ese lugar, mas por que Don Luis me había hablado tanto de el, ya que quiere reconstruirlo, repararlo, también me encargo tomar algunas medidas de las tablas para tener como dato técnico en caso de una eventual reparación, al llegar, el viento mantenía su rudeza, el frío era implacable, Alejandro se veía muy afectado por la baja temperatura, pero cada uno había llevado su vestuario justo para la ocasión (lamento no haber tenido nada con que ayudarte amigo), media hora de descanso y seguimos camino, La primera parte era subir un sendero después de Agostini, nos encontraríamos con una ladera muy empinada, que seria la parte mas trabajosa en la ascensión, el viento no amainaba, el cielo se mantenía despejado, y la luna creciente ya habia quedado atrás.
04:00 de la madrugada, el cansancio se mezcla con el frío, la linterna frontal de Alejandro se apago, Jhon le pasa la propia, el orden del grupo cambia; Alejandro va adelante luego Malba y Jhon la sigue, y este relator atrás, alumbrando el paso de Jhon, a ratos el viento cesa, pero solo por cortos minutos, seguíamos muy lerdos y silenciosos, a pesar del frío y el viento, nadie pensó en reconsiderar la subida, nadie pensó en llegar hasta ese punto y volver, todos caminábamos estoicos siguiendo el empinado y rocoso sendero. Pasadas las 06:00 horas, Malba, comenzó a sentirse mal, no sabíamos si era el frío, o la puna, o las dos cosas, solo que sus fuerzas decaían, el descanso era mas seguido, incipiente se veía en el horizonte montañoso el prometedor amanecer, al volvernos y mirar hacia abajo del camino recorrido, podíamos ver 2 luces que ascendía a un paso regular, minutos después y mas abajo otras dos luces se movían lentas pero en un ascenso continuo, las primaras eran de dos montañistas que estaban acampados en la Hoya, y se acercaban rápidamente, las segundas, eran de los dos amigos de la mochilas del arriero, que subían lentamente, llega el momento de enfrentar una bifurcación en el camino , un senda seguía derecho subiendo por un zigzag cada vez mas empinado y otro viraba hacia la izquierda, el cual tomamos pero a poco andar el camino era muy expuesto, y de pronto se corto abruptamente, volvimos a la bifurcación y seguimos el empinado zigzag, al llegar a la parte mas rocosa y alta, este se ponía muy expuesto y peligroso asi que volvimos sobre nuestros paso y bajamos como 100 metros, en ese momento somos alcanzados por la primera pareja de montañistas, en adelante “nuestros amigos”, que seguían nuestra senda, al parecer conocían poco la ruta y decidieron seguir nuestros pasos, se veían bien “producidos” como diría Jhon, pero mas tarde supimos que era primera vez que subían el Plomo, unos de ellos no se veía muy bien, era mas lento que el otro; al volver tomamos la senda izquierda nuevamente buscando una salida que logramos superar, nuestros amigos nos adelantaron, llegando primero al filo, en ese momento Malba, ya era victma de la altura, una piedra de gran tamaño marcaba el punto de descanso en el filo era posible que nos encontráramos ya a 5.000 m.s.n.m, casi a nivel del lejano Leonera (5.050 m.s.n.m), allí Malba se tendió, temblaba, la conclusión posible, principio de hipotermia, tenia las manos, los pies helados y temblaba, le dimos algo de mate de coca, chocolates, le friccionamos los pies, la espalda, al parecer hasta allí llegaríamos, Malba se veia muy mal, Alejandro, se veía preocupado, pero si no se recuperaba debíamos bajar, agua, uno que otro alimento energético, el sol ya nos alumbraba, pero no calentaba lo suficiente, la sensación térmica era muy baja, no obstante Malba, sintió esa sensación tenue de calor y se fue recuperando lentamente, una hora y media después de este susto, ya caminaba de un lado para otro, tratando de generar calor, mientras tanto nuestros amigos, ya equipados con zapatos para la nieve y hielo, vestidos muy profesionalmente reanudaban la marcha, notando que uno de ellos iba algo inestable, la puna era su aureola, en tanto nosotros nos preparábamos para seguir, esta vez Jhon nuevamente seria el salvador llevando la mochila de Malba, se repetían un episodio de el Leonera de la semana pasada, ( gracias Jhon, eres grande).
Ya con la carga al hombro y enfrentados al glaciar, nos dimos cuenta que la huella estaba muy marcada, así que no seria necesario ponernos los grampones, tampoco usaríamos el Piolet (los llevamos a pasear), pero en otras circunstancias tal vez, por si o por no habrían sido muy útiles, esta vez, solo eran carga. Recomenzamos la marcha, cruzamos el glaciar Iver, que verdaderamente estaba muy marcada como el “ahumada” tomando las palabras de Malba, luego seguimos a medio cerro, y nos encontramos nuevamente con nuestros amigos, con uno de ello muy afectado por la altura, nosotros también en cierta forma, Malba era la mas afectada, pero su voluntad y valentía eran mas fuerte que el cansancio, hasta Jhon que nunca lo habia visto lánguido, estaba bajo los efectos de la falta de oxigeno, el sendero subia lentamente, y era el que nos llevaría a la pirca del Inca, y de allí a la cumbre. Unos de nuestros amigos (la pareja de montañistas) decidió dejar la mochila en la ladera del cerro y solo seguir con agua y comida que llevaba su otro compañero, lo mismo hizo Jhon, que llevaba la mochila de Malba, solo subimos Alejandro y Jhon con Mochila, Malba, siguió con nosotros libre de peso, pero aun así extremadamente cansada, nuestros amigos volvieron a adelantarnos, mientras nosotros caminábamos a paso lento, seguro y rítmico, faltaba poco, de reojo miraba el valle que se perdía en el horizonte de montañas y esteros, nada pagaba esa vista, era impresionante, era sobrecogedor, ( ¿que diablos hacíamos a mas de 5000 metros de altura, sufriendo la fatiga.
La falta de oxigeno, el cansancio de la ascensión, el frio que hacia que a pesar de un sol radiante, la temperatura era menos de 0°, es difícil explicar la satisfacción, el placer, que se siente poder ver sentir oler, recorrer cada sendero montañoso, poder sentir esa intrínseca libertad que despierta solo el caminar por caminos que no llevan a otro lugar que no sea mas cerca del CIELO). La marcha se hacia cada vez mas lenta, de pronto alzamos la mirada y vimos como unos de nuestros amigos se desploma, y se incorporo rápidamente, la puna lo llevaba entre cuerdas, sin apurarnos, llegamos hasta ellos, Malba, le ofrecio un “power Gel” para la fatiga, y le recomendamos que descansara, faltaban solo 50 o 70 metros para llegar al filo que nos conduciría a la pirca del Inca y luego la cumbre, tras nosotros nuestros amigos volvieron a reanudar la marcha, esta ves muy lento, mas que nosotros, tal vez tomando nuestro ejemplo, al llegar al filo, la fatiga era un paroxismo. Pasamos la pirca, luego una loma, dos lomas tres lomas cuatro lomas y se veía nítida humilde, casi insignificante en medio del espacio montañoso, la cruz que nos indicaba nuestro objetivo, Alejandro, iba adelante unos 30 pasos, atrás Malba, 20 pasos atrás este relator y a 10 pasos atrás Jhon, Haciendo memoria de lo que me había pasado el día anterior, al llegar al Refugio federación, no me apure, al contrario, ralentice la marcha, frustrando la marcha agil de Jhon que venia detrás, Alejandro se detuvo y le dio el privilegio a Malba de Pisar primero la cima, luego me cedió el paso, camine con la mirada fija en la cruz hasta que la toque, me volví para ver llegar a Alejandro y Jhon arribar abrazados como buenos amigos que son, siendo las 11:30 horas la cumbre rea nuestra. Tras de nosotros 10 minutos después, nuestros amigos llegaban a duras penas, el rito del abrazo fue en esta ocasión muy significativo, con esa cumbre nuestro grupo culminaba una año de ardua preparación, pensamos en los que no estaban, Juan Carlos, Rosario, Miguel, Don Luis, Magdalena... tal ves en el futuro lo repitamos esa es mi esperanza, y que sea con ellos... CUMBRE, CUMBRE, CUMBRE AL FIN... Dolorosa, fatigante, a veces muy dramática, pero cumbre al fin, 5.445 m.s.n.m, cerca del cielo, a los pies de Dios, Santiago lejano por el Oeste, al Norte la Cumbre blanca e imponente del Aconcagua, al Este el Tupungato, el Provincia era un cono de helado el San Ramon un morro de tierra, la cruz nos recordaba que no estabamos solos, que el alma y el espíritu también se fatigaban y que eran alimentados por la magia divina del creador, A DIOS gracias Cumbre al fin. Y como nada es para siempre, debíamos emprender el regreso, después de las fotos, y de colocar en la cruz una bandera chilena que llevo Alejandro.
Ya recuperados, uno a uno comenzamos a bajar lentamente también, en ese momento llegaban a la cima los amigos de las mochilas nostros los saludamos y seguimos camino luego al mirar hacia atrás se veía esa bandera ondeando como testigo de nuestra modesta hazaña, ahora la mirada era hacia los próximos desafíos. Recorde que Alejandro en un momento dijo algo muy cierto y es algo que no debemos olvidar “A la montaña no sube un grupo, el grupo se hace uno” o algo asi.. El descenso fue mas rápido, pasamos a recoger la mochila de Malba, nuestros amigos habían descendido antes, en el Refugio Agostini descansamos media hora, nos relajamos conversando recordando lo realizado, y haciendo comentarios constructivos para la reparación del ese Refugio entre serio y en broma, Alejandro durmió un poco, para pasar el frío de la noche, el cielo estaba algo gris, el viento había comenzado lentamente, el refugio esta mal trecho, cumplí con mi amigo Luis y le llevo las medidas de la madera para la reparación, horas mas tarde ya estamos en el campamento, mas gente ha llegado, no ven arribar y nos bombardean con preguntas, mas tarde, descansar, y Jhon, nos cocina el almuerzo, seguido nos quedamos conversando en el Refugio, evaluando la ascensión, a pesar de todo, el resultado fue positivo. Esa noche del Sábado al Domingo dormimos placenteramente, algo frio en la madrugada, mas que la noche anterior, pudimos oír el momento en que los recién llegados emprendían la ascensión, como alas 04:00 horas, en mi interior les desee mucha suerte, y me volví a dormir.
Temprano nos levantamos, estaba deseoso de ver el camino de día, después de un buen desayuno, siendo las 12:00 horas del día domingo 5, partimos, la vuelta fue de fotos y buena conversa, el día estaba soleado, a medida que bajábamos el aire era mas cálido, al llegar al río después de algunas dudas, Malba se saco los zapatos y cruzo caminando por un sector bajo, después de pasar piedra numerada, volvimos la vista atrás y alzamos la vista para ver el gigante blanco que habíamos conquistado, y al mismo tiempo dar gracias a la vida por lo vivido esos tres días.Nuevamente la conclusión es una premisa, “ la unión del grupo la comprensión mutua, la tolerancia y la sana amistad y confianza, sin dejar fuera la fe, fueron primordiales para que esta expedición fuera un éxito” y lo fue con creces...